Ucrania terminó por fin los dos últimos estadios donde se jugará la Eurocopa-2012 pero los partidos disputados en los nuevos recintos fueron muy criticados y además los organizadores siguen teniendo problemas pendientes de alojamiento y transporte.
El estadio de Kiev, donde se jugará la final el 1 de julio, y el de Lviv (oeste), a unos 60 kilómetros de Polonia, coorganizadora del evento, fueron finalmente inaugurados en octubre tras las críticas de la UEFA por el retraso en las obras.
El primer partido, disputado el 11 de noviembre en el estadio olímpico tras tres años de reconstrucción, estuvo marcado por incidentes debido al mal funcionamiento del recinto, con capacidad para 70.000 personas.
Miles de espectadores se acumularon en las entradas del estadio donde algunas puertas habían quedado cerradas. Algunas personas decidieron escalar la valla, de más de dos metros de alto, mientras que otros rompieron una puerta metálica para entrar.
En Lviv, donde se ha construido un recinto de 33.000 plazas en las afueras de la ciudad, los seguidores sin vehículo propio tienen que caminar tres kilómetros entre la última parada de autobús y el recinto.
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