domingo, 2 de diciembre de 2012

Brasil tendrá el camino más duro, España el más fácil Anfitrión con la peor parte

La Copa de las Confederaciones que se disputará en Brasil del 15 al 30 de junio del año próximo deparó un camino duro para el anfitrión, que tendrá que jugar contra Italia, México y Japón, mientras que España tuvo más suerte, al tener por delante a Uruguay, Tahití y el campeón africano, según el sorteo efectuado ayer.

Brasil, cabeza del Grupo A, jugará el partido inaugural contra Japón el 15 de junio en el estadio Nacional de Brasilia, la capital del país.

La “canarinha” jugará su segundo partido cuatro días después contra México en el estadio Castelão de Fortaleza, en la costa norte del país, y podría jugarse la clasificación ante Italia en Salvador, capital del estado de Bahía, el sábado 22.

Antes de jugar con Brasil, México tendrá un debut no menos complicado ante Italia, el 16 de junio en Río de Janeiro.

España, campeona del mundo, debutará el sábado 16 de junio contra Uruguay, el rival más duro de antemano, en el estadio Arena Pernambuco de la ciudad de Recife.

Después, España viajará a Río de Janeiro para enfrentarse a Tahití, el campeón de Oceanía, el jueves 20 en el estadio Maracaná y cerrará la primera fase el domingo 23 en Fortaleza contra el campeón de la Copa Africana, que se conocerá el próximo 10 de febrero.

Uruguay jugará su segundo partido contra el campeón africano en Belo Horizonte y concluirá el Grupo B ante Tahití en la ciudad de Recife.

Los dos mejores de cada grupo se cruzarán en las semifinales, que se jugarán en Belo Horizonte y Fortaleza, de las que saldrán los finalistas, que se darán cita en el Maracaná el 30 de junio.

El sorteo se celebró en el centro de convenciones Anhembí de Sao Paulo, en una ceremonia inaugurada por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que destacó que el torneo reunirá a “doce estrellas” correspondientes a cuatro equipos que acumulan doce mundiales.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aseguró que su país, además de hacer un buen papel dentro del campo, tiene la “obligación” de realizar una buena organización.

Rousseff aplaudió al seleccionador nacional, Luiz Felipe Scolari, y el coordinador de la selección, Carlos Alberto Perreira, campeones del mundo en 2002 y 1994, respectivamente, y recién contratados para sus nuevos cargos.

A continuación, el mundialista Cafú presentó el balón del torneo, que tiene detalles en verde y amarillo, colores de la bandera brasileña.

La bola fue bautizada “Cafusa”, palabra que mezcla “carnaval, fútbol y samba” y que alude claramente al propio Cafú, jugador patrocinado por Adidas, empresa que fabricó el esférico.

La ceremonia contó con la presencia de los seleccionadores de siete de los ocho equipos participantes: Óscar Washington Tabárez (Uruguay), Cesare Prandelli (Italia), Vicente Del Bosque (España), Alberto Zaccheroni (Japón), Eddy Etaeta (Tahití), José Manuel De la Torre (México), y Luiz Felipe Scolari, flamante seleccionador de Brasil.

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