El madridista Karim Benzema marcó el primer gol de Francia en la tímida victoria de los Bleus en Metz ante la modestísima selección de Luxemburgo (2-0), en un partido que sentenció Yoann Gourcuff a falta de quince minutos con un gran disparo lejano.
Los galos vencieron con poco brillo al débil conjunto luxemburgués, cuyo único jugador profesional en el once inicial fue el centrocampista Mario Mutsch, que milita en el Metz de la segunda división francesa.
Con este triunfo, los Bleus van olvidando poco a poco su desastroso Mundial -al menos en cuanto a resultados- y encadenaron su tercera victoria consecutiva en la fase de clasificación para la Eurocopa 2012, por lo que mantienen el liderato del grupo D, con nueve puntos sobre doce posibles.
Francia tardó veinte minutos en mostrar signos de vida, hasta que apareció Benzema. El madridista controló a la perfección con la derecha un balón botado por Gourcuff en un saque de esquina y encañonó un zurdazo inapelable a la red.
Karim abría así la lata de los luxemburgueses, que acumulaban a todos sus hombres en su propio campo en cada embestida de los Bleus, por lo que los franceses basaban sus pocas opciones en tiros lejanos, como los de Abou Diaby.
Luxemburgo no varió ni un ápice su ultradefensivo esquema táctico tras encajar el gol, y Francia -previsible, lenta en la transición y con pocas luces en ataque- no encontraba la manera de ampliar su renta. Con el 1-0 y un juego plomizo se llegó al descanso.
Los franceses salieron más enchufados tras el intermedio, y la resistencia de Luxemburgo se empezó a desmoronar con la expulsión de su capitán, Peters, que vio la segunda amarilla por una durísima entrada sobre Gourcuff (m.54).
Con uno más sobre el campo, las ocasiones galas se sucedían, y el meta Joubert tuvo que emplearse a fondo en sendos remates de Gourcuff y Malouda. Blanc sustituyó al jugador del Chelsea y al goleador Benzema por Samir Nasri y Payet, en busca de una mayor mordiente en ataque.
Finalmente, tras varias ocasiones, fue Yoann Gourcuff quién movió de nuevo el marcador, y estableció el 2-0 gracias a un potente disparo lejano que sorprendió al portero luxemburgués.
A pesar de que Luxemburgo bajó los brazos, al acusar el desgaste físico y la inferioridad numérica, los de Blanc no pudieron ofrecer al público de Metz un tercer gol, pese a los esfuerzos de Loïc Rémy y de Samir Nasri, muy activos en los minutos que disputaron.
Los de Blanc completan así una buena semana tras su victoria el pasado sábado frente a Rumanía, también por 2-0, y miran al futuro con optimismo, mientras que Luxemburgo sigue colista del grupo sin haber marcado ni un sólo gol.
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