La selección irlandesa prácticamente aseguró su presencia en una Eurocopa, la segunda de su historia, tras golear a domicilio (0-4) a una modesta selección estonia que terminó la ida de la repesca con nueve jugadores.
La cita, la más importante en la historia de los estonios, le vino un poco grande al conjunto báltico, que echó por la borda todas sus ilusiones en un partido en el que lo tuvo todo en contra.
No es que Irlanda fuese mucho mejor, ni que acumulase muchas ocasiones. Simplemente, sacó provecho de la táctica del viejo Giovanni Trappattoni, que supo esperar el error del rival.
Trap, que con 72 años veía amenazado su puesto en caso de fracaso, replegó a su equipo sobre su campo en busca de una jugada ganadora y no tuvo que esperar mucho para encontrarla.
A los 14 minutos, Keith Andrews remató un centro de Aiden McGeady y los "chicos de verde" tuvieron la ventaja que buscaban para gestionarla a su antojo.
Como 20 minutos después, el central estonio Andrei Stepanov vio la segunda amarilla, a la selección irlandesa le bastó con contener el ímpetu local, que pese a todo no decayó, y aguardar al segundo tiempo para firmar la sentencia.
Lo logró en el tramo final, cuando Estonia, tras encajar el segundo gol, con un cabezazo de Jonathan Walters (m.68) perdió la cabeza. Acto seguido encajó un tanto de oportunismo de Robbie Keane (m.71) y sufrió la expulsión de su segundo central, Raio Piiroja (m.77).
En medio del desconcierto local, Robbie Keane cerró la cuenta desde el punto de penal (m.88) para confirmar el regreso de los irlandeses a una fase final que no les ve desde 1988.
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