Lanús no pudo en Japón y terminó quedándose con las manos vacías. Kashiwa Reysol lo ganaba por gol de Takayama, lo empató Somoza y, cuando el Granate de Argentina tenía todo para pasar al frente en el marcador, Braghieri hizo un penal muy tonto que Domingues cambió por el 2-1. De esta forma, los locales se quedaron con la copa del torneo amistoso que se juega cada año.
LANUS ESTUVO CERCA
Si bien no hizo su mejor partido, Lanús, estuvo cerca de hacer pata ancha en Japón y conquistar la Suruga Bank. Pero, un error infantil de Braghieri, que barrió a Kudo en el área, derivó en un penal que el brasileño Domingues cambió por gol. Así, fue 2-1 para Kashiwa Reysol y la Copa quedó nuevamente en tierras asiáticas.
La jugada que definió el pleito fue fina, aunque ya no cambia nada si lo tocó o no. Braghieri se hundió en la desesperación y pifió cuando el delantero japonés no tenía ni ángulo para patear.
En la repetición se vió que Braghieri no lo toca, pero el árbitro coreano compró y derrumbó el castillo de naipes que poco a poco venían construyendo los dirigidos por el Mellizo.
El Granate batalló contra la adversidad desde el primer tiempo, aunque se pudo recuperar luego de una pelota perdida por Somoza que derivó en el 1-0 de Takayama.
Y fue el propio Somoza el encargado de sellar el 1-1 en la segunda parte con un bombazo desde por lo menos 35 metros de manera frontal al arco japonés, la pelota chocó en un defensor.
Después, Lanús lo tuvo en varias oportunidades (hasta puso la pelota contra el travesaño del arquero japonés) pero no la pudo embocar y todo terminó en simples intentos.
Ya en el cierre, los jugadores de ambos equipos se trenzaron en una pelea y el juez resolvió con una roja a Diego González.
La imagen final reflejó la impotencia con la que terminó el equipo argentino, que viajó a Japón con el sueño de alzar la Suruga, pero terminó quedándose con las manos vacías. Una pena máxima lo alejó del título que lo buscó en la cancha desde el inicio, pero por una desatención lo perdió.
Quinto título para los japoneses
La Suruga Bank conseguida por Kashiwa Reysol, al ganarle a Lanús, fue el quinto título consecutivo que logró un equipo japonés en esta competencia. De los argentinos sólo pudo festejar Arsenal.
En casa, manda el dueño. Así dicen y así sucede en la Copa sudamericana-japonesa que tuvo su séptima edición en la victoria por 2 a 1 de Kashiwa Reysol ante Lanús. Cuando Arsenal de Sarandí levantó la Suruga Bank en 2008, al ganarle a Gamba Osaka por la mínima, parecía que dicho camino iba a continuar debido a la competencia y la calidad de fútbol que se juega en ambos lugares.
Más se acrecentó dicha teoría al año siguiente ya que Internacional de Porto Alegre hizo lo propio conquistando el torneo luego de imponerse 2 a 1 ante Oita Trinita.
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