lunes, 1 de julio de 2013

Protesta empaño clausura

Una protesta en el césped del Maracaná empañó brevemente la ceremonia de clausura de la Copa Confederaciones, antes del partido entre Brasil y España.

Dos figurantes, disfrazados de balones, se saltaron el protocolo, salieron de la formación y desplegaron una pancarta, cuyo mensaje fue legible en algunas partes del estadio, antes de ser retirados del césped por responsables de seguridad.

Fuera del estadio habían manifestaciones convocadas contra la organización de la Copa Confederaciones y del Mundial de 2014.

La Copa Confederaciones se despidió ayer de Brasil como comenzó hace dos semanas, con protestas, con algunos choques entre manifestantes y la policía, y con el gas lacrimógeno llegando hasta las mismas tribunas del Maracaná de Río de Janeiro.

Unas 20.000 personas confirmaron en las redes sociales su asistencia a las manifestaciones hoy, pero el número real no llegó ni a la mitad y hubo unos 5.000 participantes en una primera protesta y unos 3.000 en la segunda, en la cual irrumpió la violencia.

Las autoridades, que temían grandes movilizaciones, desplegaron en torno al estadio una de las mayores operaciones de seguridad que se han visto en Río de Janeiro.

La ciudad, y en especial los alrededores del Maracaná, fue ocupada por unos 10.600 policías y 7.400 militares, un contingente que duplicó el número de agentes que cada día patrulla Río de Janeiro y la vecina Niterói.

La primera de las marchas, respaldada por unas 5.000 personas, llegó hasta cerca de un kilómetro del estadio, donde fue contenida por un fuerte cordón policial, sin que se registraran incidentes.

No ocurrió lo mismo con la segunda marcha, en la que algunos de los participantes comenzaron a desfilar encapuchados, en una clara provocación a la policía.

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