sábado, 4 de agosto de 2012

Londres 2012: Video Brasil 3 - Honuras 2

Leandro Damiao, el delantero del Internacional de Porto Alegre, rescató a Brasil, con dos goles y un penal, de una heroica Honduras que mereció mucho más que caer por 3-2 este sábado en el St James' Park de Newcastle, y clasificó para semifinales a la selección verdeamarilla.

Honduras realizó uno de los partidos más importantes de la historia de su país, un choque en el que le ganaba a Brasil en los 33 minutos con ambos equipos en igualdad numérica y que incluso fue capaz de adelantarse de nuevo ya en inferioridad.

Entre los hombres de Luis Fernando Suárez, que curiosamente jugó este sábado, el día que ha quedado eliminado, su mejor partido del torneo, se destacó de sobremanera Roger Espinoza.

El volante hondureño generó el primer gol, muy parecido en su gestación al que eliminó a España, marcó el 2-1 y percutió sobre la defensa y en el medio campo brasileño hasta que, en medio de una atronadora ovación de la grada del St James' Park, se fue a vestuarios en el minuto 90, expulsado.

Hizo mucho Honduras, probablemente tanto como Brasil, pero se topó con un profesional de la camiseta '9'. Un Leandro Damiao que ejerció todas las suertes que se puede pedir a un delantero. Oportunismo en el primer gol, decisión en el penal que originó el segundo y habilidad y definición en el tercero, el que decantó definitivamente el encuentro.

Ya antes del medio minuto de partido gozó Brasil de una ocasión, un balón largo por alto con el que Leandro Damiao, que ganó la acción a su par, se quedó solo ante Mendoza. Pero al delantero brasileño se le marchó fuera un remate sin muchas complicaciones.

Otra ocasión verdeamarilla, de Oscar a pase de Neymar, y una incorporación al área de la estrella del Santos, que no pudo controlar el pase de Oscar, precedieron al gol de Honduras.

Como en el gol 'catracho' ante España. Espinoza cayó a la banda izquierda, aguantó la posesión y esperó la llegada de Figueroa, que no controló bien. El balón salió incontrolado y le cayó a Mario Martínez, que engancha una extraña volea y lo aloja junto al palo izquierdo de la meta de Gabriel.

Se animaron los de Luis Fernando Suárez con un par de golpes francos directos desde lejos y aguantando sin excesivos problemas a Brasil hasta la media hora. Entonces, llegaron las dos tarjetas amarillas a Crisanto, por acciones en un minuto, que dejaron a su equipo en inferioridad numérica.

Cinco minutos tardó Brasil en empatar aprovechando estar con uno más sobre el terreno de juego. Aunque no fue con una jugada brillante de su afamado ataque, sino por una indecisión de la defensa hondureña en su área pequeña.

Ni Velasquez ni Arnold Peralta fueron capaces despejar un balón casi en la línea de gol y Leandro Damiao se les adelanta a los dos, dando el pistoletazo de salida a su gran tarde.

Un disparo de Marcelo, bien respondido por Mendoza dio paso al descanso, tras el cual Espinoza y Honduras volvieron a la carga para adelantarse de nuevo en el marcador. El inteligente y dinámico volante hondureño, esa vez por la derecha, se deshace de Rómulo y dispara cruzado por bajo a la derecha de un lento Gabriel.

Si en la primera parte fue una expulsión y grave error en defensa los que frenaron rápido el buen juego hondureño, tras el 2-1 fue un claro penal de Velasquez sobre Leandro Damiao el que permitió a Brasil, concretamente a Neymar, empatar desde los 11 metros.

Solo habían pasado cuatro minutos desde el gol de Espinoza y sólo aguantó ocho minutos más el marcador igualado Honduras, que cedió ante una gran maniobra individual de Leandro Damiao.

Tras recibir de Neymar dentro del área, el ariete del Internacional de Porto Alegre se giró sobre sí mismo demasiado rápido para Leverón y superó luego a Mendoza con un disparo junto al palo.

Estar por debajo en el marcador y con un hombre menos era ya mucho para Honduras, que aún así lo intentó antes de claudicar y dejar que Brasil siga avanzando hacia el sueño con el que el fútbol brasileño llegó al Reino Unido: lograr su primera medalla de oro olímpica. Ya la tiene a sólo dos pasos.

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