viernes, 21 de enero de 2011

Japón accede a semifinales tras épica remontada frente a sorprendente Qatar

Japón se convirtió hoy en el primera selección semifinalista de la Copa de Asia 2011 que se disputa en Qatar, tras un sufrida y épica remontada (3-2) que le dio la victoria en el último minuto ante unos sorprendentes anfitriones.

El equipo que dirige Alberto Zaccheroni tiró de experiencia y casta para cambiar el signo del marcador en un partido muy intenso que se le complicó en exceso en el minuto 60 con la rigurosa expulsión del defensa del VVV Velo holandés Maya Yoshida.

Sostenidos en el gran encuentro disputado por del delantero de origen uruguayo Sebastián Soria, los árabes soñaron durante más de 70 minutos con un triunfo que les habría llevado a hacer historia.

Sin nada que perder y mucho que ganar, los hombres que dirige el técnico francés Bruno Metsu salieron al campo con la lección bien aprendida.

Presión sobre la línea de creación de los "samuráis azules" y en particular sobre sus dos constructores del juego, el centrocampista del CSK de Moscú Keisuke Honda y el capitán del equipo y jugador del Wolfsburgo alemán, Makoto Hasebe.

La estrategia, exitosa durante más de tres cuartas partes del choque, buscaba dos objetivos: recuperar balones en medio campo para lanzar a un inspirado y rapidísimo Soria y evitar que la pelota llegara a las inmediaciones de una endeble defensa qatarí.

A los 12 minutos, un balón perdido en el medio campo llegó al propio jugador uruguayo, quien en posición dudosa y tras recorrer unos 40 metros en la banda, se plantó en el pico del área chica y con mucha clase batió a Kawashima.

El tanto desató la euforia en las pobladas gradas del estadio Al-Gharafa de Doha, donde miles de qataríes comenzaron a albergar un impensable sueño que a la postre se tornaría en una faraónica decepción.

Sin embargo, apenas afectó a los hijos del Sol Naciente, bien aleccionados por el ex técnico del Milán y la Juventus.

Honda y Kawashima comenzaron a encontrar con más asiduidad y profundidad a los dos hombres de referencia arriba, Shinji Okazaki y Shinji Kagawa.

Esté último, estilete del Borussia de Dortmund alemán, fue la gran figura de un encuentro de alto voltaje en el que marcó dos goles y fue pieza fundamental en la consecución del tercero y definitivo.

El propio Kagawa inició a la media hora de encuentro la jugada del tanto que permitió a los nipones empatar por vez primera.

Recogió un balón en el lateral del área grande y, tras un bonito gesto técnico, se lo cedió a Honda, quien lo prolongó con un sutil toque hacia el interior del área y Okazaki lo elevó sobre la salida del portero qatarí.

Kawaga, que seguía la jugada, se adelantó a la defensa para empujar el balón a la red sobre la misma línea de meta.

La partitura del choque apenas varió tras el descanso. Japón, aplicado en defensa, trataba de tocar en el centro del campo en busca de espacios, mientras que Soria y la línea de medios árabe se desgastaban en la presión.

Así, en el minuto 59 llegó la jugada clave, que puso el partido de cara para los anfitriones.

El árbitro malayo Subkhiddin Mohd Salleh enseñó una segunda tarjeta amarilla muy rigurosa a Yoshida, tras una falta en el lateral del área.

El golpe franco lo sacó con maestría el brasileño nacionalizado qatarí Fabio César para hacer el 2-1 con la complicidad de un desafortunado Kawashima.

Con sólo treinta minutos por delante y un hombre más, el sueño árabe de acceder por primera vez a las semifinales dejaba de parecer un quimera.

Sin embargo, la alegría duró apenas 10 minutos. El tiempo que Honda necesitó para filtrar de nuevo un balón en la frágil defensa local que Kawaga, solo ante la desesperada salida de Qasem, resolvió con lucidez.

El gol aplacó la euforia de los anfitriones y concedió aplomo a los japoneses.

No obstante, fueron los qataríes los que gozaron de las mejores ocasiones en el tramo final, ambas en las botas de sus dos estrellas sudamericanas, y en especial de Fabio César, que sorprendentemente había iniciado el encuentro en el banquillo.

Pero sería el defensa Masahiko Inoha el que, al igual que sucediera en el primer partido del campeonato con Jordania, salvara a su equipo con un gol en el minuto 89 en una jugada calcada a las anteriores.

Pase al interior del área que recogió Kawaga, quien fue derribado por un defensa tras regatear al portero. La fortuna llevó el balón a los pies de Inoha, quien lo empujó a la red y llenó de lágrimas a un pequeño país que hoy soñó con hacerse grande.

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