Una Francia con más hambre que desparpajo tuvo que esperar 83 minutos para que Loic Rèmy encontrase el camino del gol frente a una Rumanía tan corajuda como limitada, que sin ánimos al ver cómo se escapaba el empate, no supo impedir que Yoann Gourcuff hiciera el 2-0 definitivo en el descuento.
La Francia de Laurent Blanc, ese equipo mermado por las sanciones y las bajas que intenta olvidar el fracaso mundialista e ilusionar con un proyecto de nuevo cuño, sedujo hoy a los cerca de 80.000 espectadores que se dieron cita en el Stade de France, a las afueras de París.
Los galos consiguieron una victoria ante Rumanía que los coloca con seis puntos tras tres encuentros de clasificación para la Eurocopa de 2012, después de vencer un partido en el que actitud y concentración pusieron toda, pero en el que el arte se dejó ver poco.
Con mucho ímpetu, un Benzema intermitente pero no invisible y un Gourcouff que reivindicó con un gol postrero su titularidad perdida en favor de Nasri, los galos cumplieron ante una afición que necesita que la tricolor les dé alegrías, tras el bochornoso verano del motín mundialista.
Francia cuajó una primera parte intensa, en la que no dejó ver los descosidos de una época precedente, pero en la que tampoco hiló fino y fue perdiendo fuelle a medida que avanzaba el reloj. La única ocasión clara fue un disparo colocado del delantero del Real Madrid desde la esquina del área que acarició el poste.
El temprano disparo de Florescu que provocó una sólida intervención de Lloris al inicio del segundo tiempo se quedó en anécdota. El partido pronto volvió por los derroteros de la primera mitad, con un aplastante dominio de una Francia que no hacía ocasiones claras.
Hasta que el cansancio distendió la presión rumana y Francia fue acariciando los tres puntos hasta que se los metió en el bolsillo.
Tres ocasiones galas en tres dos minutos, en las que Benzema dejó entrever al delantero incisivo que a veces muestra, insuflaron otro aire al partido.
El desgaste físico de los rumanos hizo mella en su zaga, a pesar de los cambios, y los franceses supieron detectar las grietas. Blanc se dio cuenta de la asfixia de los visitantes y cambió a Valbuena por Rèmy y a Nasri por Gourcuff, para meter en un centro del campo que Francia ya controlaba.
Y la receta funcionó. En el minuto 83, Rèmy le ganó la espalda a la muralla rumana, se zafó de Chivu y engañó a Pantelimon con un disparo raso cruzado para abrir la lata.
El gol cayó como una daga entre los rumanos, que ya se veían con el empate. Los de Razvan Lucescu bajaron los brazos y Gourcuff, casi sobre la bocina, subió un merecido segundo gol al marcador y se reivindicó como titular frente a Nasri.
La Francia de Laurent Blanc, ese equipo mermado por las sanciones y las bajas que intenta olvidar el fracaso mundialista e ilusionar con un proyecto de nuevo cuño, sedujo hoy a los cerca de 80.000 espectadores que se dieron cita en el Stade de France, a las afueras de París.
Los galos consiguieron una victoria ante Rumanía que los coloca con seis puntos tras tres encuentros de clasificación para la Eurocopa de 2012, después de vencer un partido en el que actitud y concentración pusieron toda, pero en el que el arte se dejó ver poco.
Con mucho ímpetu, un Benzema intermitente pero no invisible y un Gourcouff que reivindicó con un gol postrero su titularidad perdida en favor de Nasri, los galos cumplieron ante una afición que necesita que la tricolor les dé alegrías, tras el bochornoso verano del motín mundialista.
Francia cuajó una primera parte intensa, en la que no dejó ver los descosidos de una época precedente, pero en la que tampoco hiló fino y fue perdiendo fuelle a medida que avanzaba el reloj. La única ocasión clara fue un disparo colocado del delantero del Real Madrid desde la esquina del área que acarició el poste.
El temprano disparo de Florescu que provocó una sólida intervención de Lloris al inicio del segundo tiempo se quedó en anécdota. El partido pronto volvió por los derroteros de la primera mitad, con un aplastante dominio de una Francia que no hacía ocasiones claras.
Hasta que el cansancio distendió la presión rumana y Francia fue acariciando los tres puntos hasta que se los metió en el bolsillo.
Tres ocasiones galas en tres dos minutos, en las que Benzema dejó entrever al delantero incisivo que a veces muestra, insuflaron otro aire al partido.
El desgaste físico de los rumanos hizo mella en su zaga, a pesar de los cambios, y los franceses supieron detectar las grietas. Blanc se dio cuenta de la asfixia de los visitantes y cambió a Valbuena por Rèmy y a Nasri por Gourcuff, para meter en un centro del campo que Francia ya controlaba.
Y la receta funcionó. En el minuto 83, Rèmy le ganó la espalda a la muralla rumana, se zafó de Chivu y engañó a Pantelimon con un disparo raso cruzado para abrir la lata.
El gol cayó como una daga entre los rumanos, que ya se veían con el empate. Los de Razvan Lucescu bajaron los brazos y Gourcuff, casi sobre la bocina, subió un merecido segundo gol al marcador y se reivindicó como titular frente a Nasri.
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