Para el brasileño, asistir al estadio Maracaná tiene un gusto aparte. Ayer no jugaba Brasil, pero la afluencia de ‘torcedores’ sorprendió. Llegaban sin camiseta y la mayoría luciendo el escudo de Flamengo, además de que el Comité Organizador Local aprovechó la gran cantidad de gente para poner en práctica el plan de guía para la Copa del Mundo.
La Policía cerró las calles tres kilómetros a la redonda, además de que se aumentó cuatro veces más las líneas de metro y buses para evitar la aglomeración de movilidades cerca al estadio. En las afueras del Maracaná había guías móviles con su camiseta identificada, en las cuales los hinchas, con tickets en mano, podían consultar el sector por donde debían ingresar.
También estaban los guías estáticos, que subidos a una silla alta (como la de los salvavidas en las playas) comunicaban a través de megáfonos la puerta de ingreso a la que estaban próximos. Y para quienes aún tenían dudas, estaban los voluntarios parados en las puertas con una mano gigante que decía “Ben vindo”.
Varios puntos turísticos sobre el estadio y puntos móviles de primeros auxilios completaron la atención a los hinchas. Esto, mientras un helicóptero sobrevolaba el escenario ante cualquier tipo de emergencia
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