El torneo continental de selecciones más antiguo del mundo cumple 95 años. Se jugaron 42 ediciones y Argentina participó en 38, con un total de 554 jugadores, 58 de ellos arqueros. En este primera nota, el repaso de los que más se destacaron en la historia.
Américo Tesoriere fue el referente de los arqueros del fútbol argentino en la década del 20. Su consagración llego en el primer título que conquistó Argentina, el Sudamericano de 1921.
En una época en la que el quinteto ofensivo se la pasaba haciendo goles, en la que las estrellas eran los que rompían redes, Tesoriere mantuvo su arco invicto en los tres encuentros del torneo. “El coloso Tesoriere/que todo espíritu vibra/ su corazón, alma, fibra,/puesto a prueba en su acción”, escribió el poeta Pedro Miguel Obligado en las estrofas dedicadas a los campeones.
No fue la única hazaña del arquero multicampeón de Boca. En la Copa América de 1924, que se disputó en Uruguay, Argentina fue subcampeón y otra vez Américo mantuvo su valla invicta.
“En el 24 alcancé la cima”, contó alguna vez Tesoriere, quien el año anterior había jugado enfermo y recibió 5 goles en 2 partidos. Tesoriere, que supo tener un restaurante y además le gustaba escribir poesías, es el único argentino que participó en 6 torneos sudamericanos: jugó 19 partidos y apenas recibió 14 goles.
Lo precedieron en el puesto Carlos Isola (River), Juan José Rithner (Porteño), Carlos Wilson (San Isidro) y Jorge Iribarren (San Martin); y fue contemporáneo de Federico Cancino (Alvear), Ernesto Kiessel (Huracán) y Octavio Díaz (Central). Ninguno como Tesoriere alcanzó la categoría de ídolo deportivo.
Angel Bosio, que atajaba en Talleres de Escalada, y Juan Botasso, en Argentino de Quilmes, ocuparon la preferencia, a fines de la década del 20, de los dirigentes de peso que integraban el Comité de Selección. Pero fue el arquero de Talleres el que festejó como titular los títulos de 1927 en Perú y de 1929, en Buenos Aires.
A Bosio, que en 4 partidos recibió apenas 2 goles, le decían La Maravilla Elástica. A Botasso, quien nunca pudo jugar un partido de Copa América, La Cortina Metálica. Sus apodos describían sus destrezas debajo de los tres palos.
Ambos fueron los arqueros en el primer Mundial de futbol. Empezó de titular Bosio pero en la semifinal y la final el puesto fue ocupado por el arquero del "Mate" quilmeño. Con el inicio del profesionalismo, ambos arqueros pasaron a las filas de los grandes: Botasso a Racing en 1931 y Bosio a River en 1933.
Fernando Bello, Tarzán, el gran arquero de Independiente, fue el más requerido cuando volvieron a disputarse los torneos sudamericanos, en 1935. Fue titular en Lima. Y clave en el título de 1937, al ocupar el arco en los dos partidos decisivos ante Brasil, tras reemplazar a Juan Estrada, de Huracán, también campeón en 1941 (8 partidos 7 goles recibidos entre 1937 y 1941).
Bello, uno de los fundadores de Futbolistas Agremiados, también integró el gran plantel que se coronó en Chile en 1945 y alternó partidos con Héctor Ricardo, de Central. Completo así 7 partidos, en los que recibió apenas siete goles. Otros arqueros campeones de la década de oro del futbol argentino fueron Sebastián Gualco, de Ferro, en Chile en 1941; Claudio Vacca (Boca) y Gabriel Ogando (Estudiantes) en Buenos Aries en 1946; y Obdulio Diano (Boca) y Julio Adolfo Cozzi (Platense) en Guayaquil en 1947.
Este último emigró a Colombia tras la huelga de 1948 y brilló en Millonarios junto con Adolfo Pedernera, Néstor Rossi y Alfredo Di Stéfano, quien no dudó en afirmar que Cozzi fue el mejor arquero que vio en su vida. Cozzi actuó en los 6 partidos del torneo y apenas recibió 4 goles. Y es uno de los pocos que aún vive de aquella época: el próximo 14 de julio cumplirá 89 años.
Amadeo Carrizo está considerado uno de los mejores arqueros de todos los tiempos. Sin embargo, nunca fue convocado para integrar un plantel de Copa América. En su tiempo, ocuparon la titularidad Julio Musimessi, el arquero cantor de Boca, campeón en Santiago de Chile en 1955 (Roque Marapodi, de Ferro, fue el suplente), y en el Sudamericano del año siguiente en Montevideo, completando así 10 partidos y 9 goles recibidos.
Ese año, Rogelio Domínguez, de Racing, fue suplente. Y titular en el inolvidable equipo, conocido como Los Carasucias, en Lima en 1957. Tras esa brillante conquista (jugó 6 partidos y recibió 6 goles), Domínguez fue contratado por el Real Madrid de España.
Apenas dos sudamericanos se jugaron en los 60. Edgardo Norberto Andrada, el Gato, de Central, fue titular en el torneo jugado en Bolivia en 1963, acompañado por Juan Oleynicki, de Estudiantes. Arquero de grandes condiciones brilló luego en Brasil.
Tras el retiro, su figura se opacó cuando se denunció su participación en el secuestro y desaparición de personas durante la última dictadura militar, actuando como personal civil de inteligencia del ejército, en Rosario. Su caso aún no fue llevado a juicio, está en libertad y es empleado de Rosario Central.
El otro referente de aquella época fue Antonio Roma, a quien también apodaban Tarzán. Fue suplente en la Copa América de 1957 (campeón), titular en los mundiales de 1962 y 1966 y participó del Sudamericano en Uruguay en 1967.
Una vuelta olímpica continental fue justamente lo que les faltó a los grandes arqueros de la década del 70 y 80: Hugo Gatti, titular en la Copa de 1975 (4 partidos, 4 goles recibidos) Ubaldo Matildo Fillol, en 1983 (3 partidos, 2 goles recibidos), Nery Pumpido, entre 1983 y 1989 (6 partidos, 6 goles en contra) y Luis Alberto Islas en 1987 y 1989 (6 partidos, 4 goles recibidos).
Gatti tiene el récord de partidos jugados en la historia del fútbol argentino; Fillol, considerado también el mejor de todos los tiempos, fue campeón del mundo en 1978; y Pumpido (titular) e Islas (suplente) se consagraron en México 86.
Pero fue el Vasco Javier Goycochea el que recuperó la mística del arquero invencible en la Copa América. Suplente en el torneo jugado en Argentina en 1987, fue titular en las consagraciones de 1991 en Chile y de 1993 en Ecuador.
Goyco, hoy un consagrado conductor de televisión, completó 12 partidos y apenas recibió 8 goles. Como en el Mundial de Italia en 1990, en la Copa América de 1993 fue clave también en las definiciones por penales de cuartos de final ante Brasil y en semifinales frente a Colombia. Después de Goycochea fueron titulares Rolando Cristante (1995), Ignacio González, Carlos Roa y Marcelo Ojeda (1997), Germán Burgos (1999) y Roberto Abbondanzieri, en los subcampeones de 2004 y 2007. (Télam, especial, por Oscar Barnade).
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lunes, 20 de junio de 2011
Los grandes arqueros en la historia de la Copa América
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COPA AMERICA
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