La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) decidió no sancionar a ninguno de los jugadores que participaron en la pelea post partido Venezuela-Paraguay, que terminaron ganando los guaraníes por penales.
A pesar de que se vio claramente a través de las filmaciones de los canales de TV que varios futbolistas participaron de una trifulca generalizada, la Comisión Disciplinaria de la Conmebol hizo "la vista gorda", y dio vía libre a los jugadores para participar en los choques decisivos de este fin de semana.
Sólo comunicaron la sanción de una fecha para Jonathan Santana que había sido expulsado por doble amarilla.
A su vez, también anunciaron la suspensión por dos partidos del DT paraguayo Gerardo Martino (al que también habían echado durante el cotejo), que no podrá estar en el banco de suplentes en la final. Martino ya había sido suspendido en esta Copa, por lo que la sanción fue más severa en esta oportunidad.
Lo que hicieron los integrantes de esta Comisión de la Conmebol para castigar a las selecciones que participaron de este episodio violento, fue multarlas con 10.000 dólares, y excluirlas de la competición por el trofeo de "Fair Play" (juego limpio). Pareció bastante blanda la sanción por la dimensión de los disturbios generados por los jugadores y cuerpos técnicos.
En el comunicado oficial, también llamaron la atención a los árbitros, y los instaron a permanecer en el campo de juego hasta que "los dos equipos se hayan retirado a sus respectivos camarines en total orden".
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