La Copa América ha olvidado a muchos de los que llegaron para ser estrellas. Leo Messi, Neymar o Falcao ya están en casa. La gloria ha sido para los arqueros. El paraguayo Justo Villar, el uruguayo Fernando Muslera o el venezolano Renny Vega se llevan hasta el momento la palma.
Tras la disputa de las semifinales de la Copa, los porteros han sido los héroes tanto por sus actuaciones a lo largo de los partidos como por su protagonismo en las tandas de penaltis para definir la los partidos.
Con todo, los elogios a los porteros dejan una segunda lectura de la Copa. Cuando los arqueros son los mejores, no hay duda de que algo ha dejado de funcionar, tal y como ha ocurrido en una competición que no ha llegado a alcanzar la media de dos goles por encuentro.
Quizá, hasta ahora, la estrella de todos ellos es el paraguayo Justo Villar, que ha militado en el Valladolid español y acaba de firmar por el Estudiantes de la Plata argentino y que con su selección ha superado dos tandas de penaltis, la de los cuartos de final con Brasil y la de la semifinal ante Venezuela.
De entrada, en ambos partidos mantuvo la portería a cero con una buena actuación. Tras el segundo, el de Venezuela, reconoció que su selección había tenido suerte durante los 120 minutos en los que le enviaron varios balones al palo. "Esperamos que también se nos dé bien la final", indicó tras el partido.
Entre las dos tandas, le lanzaron ocho penaltis, cuatro los brasileños y cuatro los venezolanos. Brasil lanzó tres de ellos fuera y Villar detuvo uno. Venezuela marco tres y el meta paraguayo también detuvo un lanzamiento. Con ello, el equipo alcanzó la final.
En la misma línea se mostró Fernando Muslera, el portero de Uruguay que ya se mostró como un especialista en los penaltis desde el Mundial de Sudáfrica.
Al margen de sus increíbles paradas en el partido ante Argentina, su intervención fue clave en la tanda en la que la detención del lanzamiento de Carlos Tévez fue suficiente para que su selección se clasificara. Además, sólo la mala fortuna le impidió detener el posterior lanzamiento de Javier Pastore.
La relación de arqueros que han triunfado en la Copa se completa con el veterano venezolano Renny Vega, quien ha demostrado con claridad que en su país saben hacer muchas más cosas que telenovelas, tal y como comentó tras haber logrado la clasificación para semifinales con un triunfo por 2-1 ante la favorita Chile.
Su contribución al éxito de su equipo no pasa tan sólo por las actuaciones bajo el arco, sino que también hay que destacar su acción ofensiva en el partido ante Paraguay de la fase de grupos, cuando su equipo perdía por 3-2.
En el último minuto subió a cabecear un córner, lo logró y su compañero Perozo logró el gol del empate.
Menos suerte han tenido otros guardametas en esta Copa. El peor parado, en una competición en la que no se han producido grandes errores, ha sido el brasileño Julio César, sobre todo por los dos goles que le marcó la selección de Ecuador en sendos remates de Felipe Caicedo que el portero del Inter debió haber detenido.
La fortuna tampoco acompañó al colombiano Luis Martínez, que tuvo la oportunidad de jugar la Copa tras la lesión antes del inicio del torneo y ya con el equipo en Argentina de su compañero David Ospina.
Su salida en un centro en el encuentro ante Perú se resolvió con un mal despeje que aprovechó el peruano Lobatón para encarrilar el triunfo de los peruanos.
Sin pena, pero sin triunfar, pasaron por el torneo Sergio Romero (Argentina), el boliviano Carlos Arias, que detuvo un penalti durante el encuentro contra Costa Rica, Claudio Bravo (Chile), el ecuatoriano Marcelo Elizaga, los peruanos Raul Fernández y salomón Libman, el costarricense Leonel Moreira o el mexicano Luis Michel. (EFE).
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