El ‘Flaco’ César Luis Menotti, campeón Mundial 1978 con Argentina, es uno de los grandes oráculos del fútbol. Ahora habla sobre la Copa América, sobre el juego de su selección y sobre el estilo del Barcelona de Guardiola y del Madrid de Mourinho. Afirma que el 99,9% de los entrenadores viven envidiando el juego del Barcelona. Todos quisieran ser Guardiola. Pero la mayoría no sabe cómo se hace.
- Pep dice que con buenos jugadores...
- No, eso se lo come un pelotudo, yo no. Esto no es un señor que se para en la línea y dice: tocar, tocar y tocar, y que como son buenos le hacen caso. Lo de Guardiola es muchísimo más difícil que todo eso. Es producto del entrenamiento, de ideas claras, de saber hacerse comprender... Quedó demostrado que Guardiola es más importante que sus jugadores. Él dice lo contrario, claro... ¡qué va a decir! ¿Soy el mejor? Tampoco se lo cree. Pero vamos a revisar quién era Piqué antes de Guardiola, quién era Pedro, quién era Busquets. Ni siquiera Iniesta era titular, era discutido. Lo cierto es también tuvo suerte.
- ¿Por?
- Encontró un camino facilitado por Rijkaard, eso es cierto. A veces, el entrenador que sale te deja unos líos tremendos. Rijkaard, en ese sentido, le dejó algo hecho. Pero, por encima de todo, está el convencimiento. Siempre digo que un gran director puede hacer una gran orquesta con grandes músicos y con músicos normalitos conseguirá una orquesta afinada que se escuche bien.
- Entonces lo de los futbolistas...
- Nada, mentira que Guardiola sea Guardiola por los jugadores que tiene. Es mentira. Tuvo a Eto'o, tuvo a Henry, tuvo a Ibra, ahora tiene a Villa... Y por el lateral izquierdo han pasado cuatro o cinco, a Mascherano le usa de central... Lo de Guardiola es muy serio y me provoca una envidia tremenda a mí también. Y tampoco estoy de acuerdo con otra cosa...
- ¿Con qué...?
- Cruyff tampoco fue el primero que empezó a hacerlo. El primero que intentó jugar como Guardiola en el Barcelona se llamó César Menotti. Y me costó la vida. ¡Nos silbaban por dar muchos pases! No sé si hubo otro antes, pero yo jugaba con Maradona de 9, parecido ahora a Messi, Carrasco y Marcos en las bandas, Schuster como juega Xavi... Y entraban en el descanso en el vestuario, empatados a cero y los jugadores ¡de un humor!: "Así no podemos jugar", me decían, porque cada vez que Schuster se la daba a Alexanco nos pitaban. Con 3-0 sí... ¡olé, olé! Nos costó bastante. Migueli, cuando me fui, me dijo que si venía después de mí un entrenador que le hiciera marcar al hombre no jugaba más, porque estaba harto de pegarse con los delanteros. A veces ni existían, tenía que buscar al 9 y no jugaba. Y a él le gustaba tocarla porque era andaluz y la jugaba muy bien, pero como era alto y fuerte... Era muy bueno con los pies y le tenían como a una bestia.
- ¿Por qué se fue del Barcelona?
- Había fallecido mi mamá, volvía la democracia a Argentina y sentí que debía estar... Fui a comer con Núñez y me puso un cheque en blanco y me preguntó qué jugadores quería para quedarme. Y yo le dije que no quería ninguno, que lo que quería era que sacara del plantel a jugadores grandes, de prestigio increíble y que me paraban la subida de los jóvenes. Fue después de ganar la Copa del Rey, que entonces era una copita. Ahora la gana el Madrid y es como si fuera la Intercontinental.
- ¿Le quedan ganas de volver a entrenar?
- Sí, pero acá no. Yo veo la cancha y soy como el músico que ve una guitarra. Pero aquí no, para nada. Hay veces que estoy viendo las inferiores del Barza, que las veo por la TV, y pienso: “Yo podría armar un equipo de inferiores y ganarles, pero los jugadores me durarían seis meses; el presidente vendería a medio equipo con 16 años. Es una vergüenza.
- ¿Usted es de los que señalan a Grondona?
- No. Bueno, Julio Grondona (presidente de la Asociación del Fútbol Argentino) tiene la culpa, claro que la tiene, por definición la culpa es suya antes que nadie. Pero no es el único. ¿Dónde están los otros proyectos? ¿Cuál es la permisividad que ha tenido el fútbol argentino con Grondona? O es miedo. Lleva 35 años haciendo lo que le da la gana. Aquí hay algo más grave, se han destruido instituciones maravillosas, Ferrocarril, Platense. Bueno, también ha pasado en España... Ver al Tenerife en Segunda B o la desesperación del Cádiz. Yo amaba al Cádiz, siempre me gustó... Me gustaba el Betis. La cuestión es que vine del Atlético de Madrid y firme por River, y a la semana me llamaron para ir al Betis. Me quería morir, siempre quise dirigir al Betis.
- ¿En Argentina no existiría una figura como Guardiola?
- No, Guardiola hay uno, pero llegado el caso, no le dejarían existir. Lo asesinarían antes. Aquí lo que hay son Mourinhos o tipos como él, que solo piensan en ganar y cuando pierden no es culpa suya; los conocemos hace mucho tiempo. Vaya personaje. Tiene unas contradicciones muy grandes. Hace poco, un amigo se fue a España y asistió a los entrenamientos de Mou. También fue a ver los de Pep. Me dijo que no entrenan tan distinto, que es muy parecido lo que hacen. Conceptualmente son muy parecidos. Pero en el campo, a la hora de la verdad, no tiene nada que ver. Mourinho hay muchos, Guardiola hay uno solo.
- Del Bosque dijo que quería ser como Busquets, el más alto, ¿usted quién querría ser?
- Lo de Busquets está bien visto, es uno de los mayores talentos que ha dado el fútbol español. Es un descubrimiento. La primera vez que lo vi, llamé a un amigo y le dije: "He visto un futbolista de una especie desaparecida". Es un crack. Yo el mejor que vi en mi vida era Pelé, supongo que quisiera ser Pelé. Era capaz de sorprenderte cuando iba a rematar de cabeza. Nunca sabías qué iba a hacer.
- Como Messi...
- Yo creo que hubo cuatro reyes y el quinto no ha aparecido, pues Messi aún no es el mejor. Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. Ahora estamos esperando al quinto, que será Messi o, de momento, no será nadie. Es el que está más cerca, pero no le vas a dar la corona a los cinco años. Para dar a Messi la corona habría que verlo fuera del Barcelona, conseguir lo de Maradona en el Nápoles. Aquello era una banda y la convirtió en una orquesta. Messi es un lujo, una cosa maravillosa, pero habría que verlo. No tiene nada que demostrar para ser el mejor del mundo. Pero le falta un escalón para ser el mejor. No dudo que puede llegar a tener la corona del quinto rey, pero no todavía. Pero ¿sabe qué es lo mejor?
- No...
- Que Messi aprende. Antes, cada vez que cogía la pelota, se le habría ocurrido ganar el partido. Ya no. Ha evolucionado. Ahí se nota la mano del maestro. Qué hubiera sido de estos jugadores sin Pep... ¿Te imaginas a Piqué sin Pep?
- Tampoco.
- Piqué es Beckenbauer, es un futbolista de un talento enorme, pero dudo que otro entrenador le permitiera lo que le permite Pep. Esto no es libertad, la libertad no se le da a nadie en el campo, se gana desde el conocimiento. Tú en tu trabajo le das libertad a un tonto y te arruina el periódico. Esto es lo mismo; tienes que decir a los jugadores qué han de hacer porque no pueden hacerlo ellos. Se juega libre dentro de una idea y de un funcionamiento. Piqué no hace lo que le da la gana. En el Barza no hay libertad absoluta, hay unas normas que permiten ser a los jugadores muy libres y muy felices, pero hay unas normas.
- Se refiere a eso del 4-2-3, 3-4-3...
- No, eso es un número de teléfono. 4-2-3-1, 3-4-5-1... Una vez le preguntaron a Di Stéfano cómo era posible que jugaran un 2-3-5 y contestó: "Pero tú qué crees, ¿que antes éramos pelotudos que con dos tipos defendíamos a cinco?
- ¿Usted se reunió con Pep hace unos años, cuando quería ser entrenador. ¿Qué descubrió en él?
- Una cosa que le hacía diferente: el vino aquí con la idea muy clara, no vino como otros buscando que yo les llenara de inspiración, les dijera qué camino seguir como si fuera un Mesías... Vino con su idea y se fue con su idea. Estoy aburrido de hablar con entrenadores jóvenes que vienen a buscar la verdad. Pep no vino buscando que le dijéramos cómo se hacía. Él ya lo sabía. Me preocupa porque ahora le están esperando para dispararle...
- Bueno, yo diría que lo tiene asumido desde el primer día
- Pero tiene una ventaja; su pasado y eso no se puede cambiar. En su memoria uno coge del pasado las cosas que le sirven. Si uno no tuviera pasado, el presente no le serviría de nada. El Madrid puede fichar más y más, al final los tendrá a todos y ganará, pero el 5-0 del clásico en el Camp Nou es para toda la vida. Me pongo a pensar y no encuentro un partido como ese. Que yo haya visto y, por supuesto, participado. Mató a Mourinho para toda la vida.
- Usted dijo que después de aquello, se cagó.
- En mi barrio lo llamamos cagarse en las patas. Se cagó. Vi al siguiente partido a Higuaín, Adebayor, Benzema y Kaká en el banquillo y pensé: igual gana, pero se recontracagó. Es la mayor cobardía que he visto en un grande. Y con el Madrid, es inaudito. El toro no lo mató y el tipo salió corriendo y nunca más se acerco al toro. Pero es muy duro lo que le paso. Busca a ver quién salió humillado así de un clásico. Yo no lo recuerdo. Es muy duro, eh, muy duro.
- ¿Qué le pasa a Argentina que hace malo a Messi?
- Cuando digo que el fútbol argentino ha sufrido una desculturización, no me refiero a que antes leyeran a Borges. La cultura del fútbol era que si te la daba mal, te miraban los 10 jugadores. Recuerdo que un día saque una falta lateral, quedaba un minuto, subieron todos, y la tenía que poner. En la barrera había un tipo y le pegué a él. Un mes estuvieron con la joda. “Si hay un tiro libre que lo tire Menotti”. Mirá, ¿sabes qué pasa con Argentina?
- Le escucho.
- El fútbol es como la vida, no te levantas a las seis de la mañana y te pones a buscar a la mujer de tu vida. La encuentras o no. Cada vez que la tocan, quieren ganar el partido. Es terrible, una verticalidad, un espanto. Para qué queremos un enganche si no tenemos a quién asistir. En el Barcelona hay asistidores que tienen a quien asistir. Hay más pases que goles. Y de eso se trata, de pasarse la pelota. No es tan difícil. Yo sé que tiene buenas intenciones Batista, pero...
- Le piden que juegue como el Barcelona.
- Imbéciles. ¿Qué se creen, qué es muy fácil cantar como Joan Manuel Serrat? No, es imposible.
Su perfil
César Luis Menotti nació en Rosario (Argentina) el 5 de noviembre de 1938. En su época de futbolista era delantero y jugó en equipos de su país y de Brasil (1958 a 1970). En la etapa de entrenador trabajó en Argentina, España, Italia y México. Su más grande logro como director técnico fue el título del Mundial de 1978, que logró de local con la Albiceleste.
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