Histórico triunfo de Gales para meterse en los cuartos

Gales sigue haciendo historia en la Eurocopa 2016. Este sábado los Dragones superaron por la mínima a Irlanda del Norte (1-0) para instalarse en los cuartos de final del torneo en Francia. El único tanto del compromiso fue obra del central McAuley, que anotó en contra tras una jugada de Gareth Bale. Ahora el conjunto rojo dirigido por Chris Coleman esperará hasta el duelo entre Hungría y Bélgica para conocer a su próximo rival.

Los galeses tuvieron que esperar hasta último momento para conseguir el pase. Bale y compañía se impusieron frente a cuadro norirlandés, que se defendió bien y que por momentos complicó a su rival. El duelo fue trabado por parte de ambos, los jugadores apelaron a la pierna fuerte y eso hizo que el árbitro Atkinson cortara el juego en demasiadas ocasiones.

La primera parte fue para el olvido, escasas ocasiones de gol sobre las porterías y abuso en los pelotazos hizo que el desarrollo del compromiso fuera para el bostezo de los aficionados, que no paraban de apoyar a sus países. Pese al dominio de pelota que ejercían los rojos, fueron los norirlandeses lo que estuvieron más cerca de anotar con dos chances desperdiciadas por Ward y Lafferty.

Terminó festejando

La segunda mitad tuvo a Gales metiendo en su campo defendiéndose para salir de contra y liquidar a su rival. Irlanda aprovechó el momento para atacar y estuvo a nada de anotar la apertura del marcador, pero no tuvieron suerte.

En la recta final los Dragones golpearon cuando más intentaba Irlanda. Un desborde de Bale por la banda izquierda le permitió sacar un centro al corazón del área para Kanu, pero en el afán de rechazar el esférico, el defensor McAuly anotó en propia meta, decretando el 1-0 a favor de los británicos.

Los últimos minutos fueron de emoción pura, ya que toda Irlanda del Norte inclinó la cancha a su favor con más ganas que con buen fútbol en procurar de igualar y conseguir el milagro, que no llegaría tras 94 minutos. Hasta el arquero Michael McGovern intentó desesperadamente anotar en el último tiro de esquina, pero no pudo. El pitazo final desató la locura de los galeses en París, alcanzando por primera vez en su historia los cuartos de final de la Euro.